miércoles, 3 de febrero de 2010

La Sinfonía de la Vida

Viejos recuerdos pasaban por mi cabeza, retazos leves de aquella canción que entonaba junto a mis viejos amigos, calor en la palama de mi mano, sintiendo aún la primera vez que estreché su mano junto a la mia.

Una sinfonía de pensamientos que marcan, latido a latido, el ritomo de mi corazón, sonrisas, claridad, despreocupación, inocencia, un aluvión de palabras que se dibujaban en mi mente cuando intentaba recordar los momentos junto a ellos.

Risas, de fondo se oyen risas, una tras otra, no cesan, me recuerdan a las que disfrutaba con mis amigos, tardes llenas de risas, y ese calor que proviene del aliento de todos los abrazos que una vez me dieron, siempre deseaba que jamás acabasen, esos abrazos eran todo cuanto necesitaba para sentirme algo más apreciado. Cada uno de esos recuerdos eran las teclas de un piano, había recuerdos buenos al igual que teclas blancas y malos tantos como oscuras.

Un piano que sonaba solo, aún así este no era un piano normal, por que cada recuerdo, formaba una tecla más, ahora sé cuan larga debía ser la variedad de notas en mi piano, y con solo la mitad de toda una vida, supe, que aún estaba en el preludio de esa sinfonía y que aún quedaban páginas con partituras vacías que rellenar para completar la melodía que es la vida.

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